Hoy ….
El poeta da vida a estos momentos de contemplación, sean los que sean.
El poeta escucha los mensajes de la naturaleza, de la vida cuando se expresa, desde el nacimiento hasta la destrucción.
Somos los testigos de lo que nos rodea, y de lo que somos, el tiempo de nuestras respiraciones aquí abajo.
Acaricio el pelaje vivo
de los árboles centenarios
que ennegrecen
con sus ramas los círculos lechosos del aire.
Y siempre ese olor a tierra
donde no hay agua,
donde los helechos arden
como incorpóreos.
Devoro todo mi tiempo,
mis palabras no dicen nada
más que la vida torcida
y los ojos temblorosos.
No puedo con todo,
el día no basta
para mis pensamientos nómadas
y la noche se reduce
a un sueño mediocre.
Bailo en mi cabeza
liberada de miradas
y mi corazón de plomo
trabaja en la oscuridad de mis penas.
Al susurro de las horas,
Me opongo a mis frases sordas
que se abren y se pliegan
como hojas al viento
Margaritas al viento.